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“PUNO, CAPITAL DEL FOLKLORE PERUANO”

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En el Perú los “indígenistas” de principios del S. XX asumieron una actitud “ rescatista y reinvindicatoria”” de las llamadas supervivencias nativas con la denominación de “recuperación folklórica" : así el término folklore ya es mencionado en ésa corriente más literaria que académica , desde Abelardo Gamarra, Adolfo Vienrich, D. Alomía Robles, Víctor Navarro del Aguila, Federico Schwab hasta JM. Arguedas y Efraín Morote Best – los dos últimos ya en el terreno teórico-metodológico – es que se produce la investigación sistemática de la cultura popular de nuestros pueblos andinos. Hacen algunos años se constituyó el Comité Permanente de Conceptuación del Folklore integrado por algunos investigadores de universidades limeñas y del centro del país,

asistentes conspicuos de los congresos nacionales de folklore y que estarían realizando esfuerzos en la ardua tarea de la investigación especializada, pero sin proyección a otros contextos culturales. En el caso de Puno, la rica vertiente popular de su música y danzas fueron el “sustento” para justificarle una nominación nacional acuñada ya en la década de los años 60´ y tomada con entusiasmo por unos y escepticismo por otros : “Puno, Capital Folklórica del Perú” .

Desde cuándo y porqué :

Esta denominación más simbólica – y ausente en las políticas culturales del gobierno central, regional y local – ha seguido un proceso sustentado en un entusiasmo colectivo justificable en lo que a identidad puneñista se trata. Veamos como le viene esta denominación: en 1941 un grupo de artistas e intelectuales puneños fundan el Instituto Americano de Arte de Puno para desarrollar organizadamente sus actividades de motivación cultural entre la población urbana ,con ciertos atisbos del “indigenismo” de entonces; observadores así de la presencia de varias conjuntos de danzas nativas del campo y otros de la ciudad para celebrar la octava de la festividad de la Virgen de la Candelaria, en 1956 convocan al “I Concurso de Bailes y Música Indígena” teniendo como escenario el atrio de la Plaza de Armas de la ciudad, antes de ésta fecha NUNCA se pronunció ni escribió la “denominación simbólica” a la que referimos.

La apreciación y valoración de dichas danzas y música habrían producido en el colectivo social la admiración y entusiasmo suficientes para acuñar dicho membrete: escritores de la época como Benjamín Dueñas Tovar escribió en 1963 un artículo titulado “Las Riquezas de Puno” y decía “..... por algo se te llama la capital folklórica del Perú y es que tus danzas deslumbran.....”.

Décadas antes el Dr. Pastor Ordóñez muy preocupado reflexionaba en su crónica titulada “Puno pudo ser un centro coreográfico” haciendo referencia a la variedad de danzas de Puno como un potencial atractivo turístico en el mes de Febrero : “........ mas lo que hubiera despertado interés dándole manifiesta importancia folklórica, eran las danzas que en peregrinaje de veneración acudirían los indígenas para acompañar las procesiones de la fiesta y la octava,brindando singular aspecto ...”.

Dos años después de lo escrito por Dueñas – en 1965 – habiéndose desarrollado ya nueve concursos de danzas organizados por el Instituto Americano de Arte, el Prof. Moisés Aguilar escribía con mucho énfasis lo siguiente “.... tomando la frase ya general y muy difundida en el Perú y América de que Puno es la capital folklórica del Perú, lo que efectivamente con sobrada razón la ostenta...” Ese mismo año, el 24 de Enero se funda la “Federación Folklórica Departamental de Puno”, cuyo primer Presidente Dn. Pablo Aquize Mestas aún vive y por entonces directivo de la Llamerada “Azoguini”. Con nueva dirección y habiéndose incrementado el número de conjuntos participantes, el concurso se traslada al campo deportivo del Estadio “E. Torres Belón”.

Al año siguiente, con fecha 29 de Mayo, el entonces directivo del IAA-P Sr. Manuel Cossío Riega – además impulsor primigenio de la escenificación de la Salida de Manco Cápac – elaboró un detallado informe de las Actividades Culturales que durante los últimos 50 años realizaban las instituciones culturales puneñas, en su ámbito y fuera de él. Dicho informe fue la base medular para el Proyecto de Ley que el senador puneño Rafael Miranda Coronel redactara y presentara al Congreso de la República el 15 de Agosto de 1966, solicitando la designación oficial de “Capital Folklórica el Perú” para la ciudad de Puno.

El proyecto del senador Miranda fue denegado y olvidado; sin embargo, años después se revindicó su iniciativa, el Congreso de la República aprobó el 5 de Noviembre de 1985 el D.L. No. 24325 declarando a Puno como tal, dispositivo legal que fue publicado en el diario oficial “El Peruano” dos días después : el 7 de Noviembre de dicho año.

Desde la Revista Radial, que en Setiembre de 1973 iniciáramos con el recordado periodista Abrahám De la Riva, con una orientación cientista motivamos el uso del denominativo “ Capital del Folklore Peruano ”, que ya es de uso identitario en afiches, folletos revistas, membretes oficiales ,etc. y no hace mucho asumido por la propia Federación. Esta denominación tiene una connotación más simbólica que efectiva en cuanto a acciones de investigación, difusión y protección de nuestra cultura popular ausentes en las políticas del estado y sus instituciones como el INC , el Ministerio de Educación, las universidades puneñas y paradójicamente la propia Federación de Folklore. Pese a ello son importantes las tareas de investigación personal de puneños como Mario Franco, Samuel Miranda, Héctor Estrada, Fernando Tapia Cruz, Carlos Cornejo-Roselló, Enrique Cuentas, J. Alberto Cuentas, José Portugal, Emilio Romero, José Patrón, Virgilio Palacios, Cástor Vera, Félix Paniagua, - con humildad nos incluimos, en tanto los 32 años de ininterrumpida difusión radial de nuestra cultura popular nos sustenta – y muchos otros que siguen avanzando en los estudios de una ciencia que no sólo es música y danza, sino la “cultura viva” que cotidianamente nos une, nos identifica y nos hace “nosotros mismos”.

Puno, verano 2006.